miércoles, 8 de junio de 2011

Democracia disfrazada

¿Son las redes sociales el punto de partida de una nueva forma de democratizar a muchos pueblos para que puedan actuar con total libertad?

Sin duda alguna, con el arribo de las redes sociales, los seres humanos han logrado soñar con una libertad que quizás está más disfrazada que otra cosa. Alcanzar una total democracia es prácticamente una situación adversa de la realidad global y sencillamente hemos cambiado nuestras voces enmudecidas por un juguete gigante llamado “redes sociales” o mejor dicho la era digital en su mayor apogeo.

No cabe ninguna duda que a raíz del nacimiento y crecimiento de estas herramientas de comunicación, muchos ciudadanos de distintas partes del globo terráqueo han logrado personificarse en ellas, al punto de que estos espacios digitales y la vida cotidiana del ser humano se han transformado en un solo individuo.

Nuestros niños y adolescentes han cambiado la sociabilidad con sus semejantes de cara a cara, por los chats, los parques, por granjas de mentira, los encuentros y conquistas, por citas a ciegas y peligrosas.

Los padres de familia viven temerosos de lo que les pueda ocurrir a sus hijos, claro, sería irresponsabilidad no ver el peligro actual de las calles, donde somos presa fácil de una inseguridad que cada día es más intolerable, pero a la vez ciega de los principales motores que ahogan cualquier forma de democracia, en palabras claras, los “políticos”.

Por lo tanto, hemos encontrado la manera de mantener a nuestros niños y jóvenes ocupados pero “sanos” y “salvos” con un nuevo entretenimiento, uno quizás superfluo y vacío para muchos, pero para otros el nuevo modelo de la libertad de comunicación.

Que ya los seres humanos no corren peligro detrás de una computadora o una red social, bueno sería absurdo inclinar la cabeza y dar esto como un hecho afirmativo, puesto que no sabemos quienes están detrás de un “Facebook” por citar solo un ejemplo, ni quienes tienen acceso para ver toda nuestra información, ni quienes son los responsables de decidir que puedo decir o no decir, o que es considerado respetuoso o irrespetuoso.

Como bien podemos observar, dentro de la vida de todo ser humano, hemos nacido para cumplir leyes y reglas impuestas por terceros, mismos que son los responsables de elegir que puedo comunicar, conversar u opinar y las redes sociales no están exentas de este control externo. Entonces, estaríamos nuevamente ante una democracia incompleta, pero debemos recordar que nuestras generaciones al menos seguirán a “salvo” del peligro real.

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